LA DISYUNTIVA DE SIEMPRE

Cada vez que nos topamos de frente con uno de nuestros deberes como ciudadanos, se nos presenta está gran duda, que nos paraliza, además pareciera que funcionara como una pastilla mágica que activa los recuerdos más recónditos de nuestro ser, sale a colación nuestras frustraciones y el resultado: una rabia contenida que debe ser drenada con todo y contra todos.

“Así nunca vamos a salir de abajo”, “yo mejor me quedo en casa”, “prefiero un malo conocido…”, “Para qué voy a ir”, “Que vengan y me den plata”, “Ya la trampa está montada” y pare usted de contar, todas las demás que de seguro en algún momento hemos dicho o escuchado.

Respetando cada punto de vista y aceptando cada circunstancia, pienso que debemos corregir nuestra forma de actuar ante esta situación. Y no podemos seguir permitiendo dejar acéfalo nuestros espacios, que dicho sea de paso, son nuestros y de nadie más.

Entrar en un nuevo estado de conciencia, dejar de pensar en lo individual y vernos como un todo, en colectivo. Salir de esa corriente de pensamiento que establece el Yo por encima de Todo, arraigado en el egoísmo y el egocentrismo.

Si me lo preguntan… YO SI VOTO, y votaré todas las veces que sean necesarias. Así sea para elegir a la reinita de carnaval de mi sector. No hay nada mejor que la satisfacción que se siente haber cumplido con un deber de ciudadano.

Dejar el camino libre, para mí nunca será una opción, independientemente del resultado final, yo siempre salgo victorioso, porque luego de cumplir con mi deber ahora tengo todo el derecho de reclamar, opinar y acentuar una posición.

Mi invitación siempre será a votar y sobretodo en esta coyuntura tan atípica donde cada grano cuenta, donde cada persona cuenta, sumando son más y seguimos marcando un precedente histórico, pero por encima de todas las cosas quedamos limpios de conciencia.

¡Pana YO SI VOTO!  ¿Y Tú? 

@Rodolfo_Carreno

UNA MATERIA PENDIENTE

Hace más de 7 años tengo este tema en la mente y el deseo de escribir sobre él me motivaba o perturbaba. Pude haber contabilizado alrededor de 14 bocetos, pero por allí dicen que “el tiempo de Dios es perfecto” y hoy estoy convencido de que eso es totalmente cierto.

En este tiempo que he luchado por conseguir un significado adecuado a este sentimiento traducido en palabra, me he topado con un sinfín de conjeturas y apreciaciones que me han hecho cambiar su concepto, al mismo tiempo que iba evolucionado dentro de mis propios procesos, tratando de encontrar algún sentido.

La Real Academia Española lo traduce como un “sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”. Además de ser el “Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo” o la “Tendencia a la unión sexual” y en el más rosa de los casos según la RAE es el “sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear”.

Para la biblia él “es sufrido, es benigno; no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”, (1 Corintios 13).

Con lo antes mencionado, pareciera que todo está claro y no debe explicarse nada más. Pero la realidad es que cada vez se hace más incomprensible y los sufrimientos emocionales, psicológicos y físicos tienen como punto de partida, de clímax o de desenlace su nombre.    

Entendiendo sus diferentes tipos y formas de manifestación, me pregunto ¿por qué nos escudamos en su ausencia? o ¿por qué formamos una coraza absurda de desconocimiento de su presencia? Si al final del día lo único que aspiramos es vivirlo intensamente.

Lo queremos pero lo rechazamos. Lo anhelamos pero no actuamos. Lo admiramos y le echamos la culpa. En los actuales momentos siento que son más las personas que andan en su búsqueda, lo que quiere decir que puede estar en un punto de desaparición.

En la mayoría de los casos se tiene la plena conciencia de que hay que trabajar en ello pero lo dejamos para después. Siempre hay algo más importante que hacer o de que preocuparse. ¡Puras excusas!  Este tema se convierte en nuestra “Materia Pendiente” y entonces nos pasamos años o la vida entera en su búsqueda.

Hoy puedo asegurar que el AMOR es el sentimiento más puro que existe, el que nos hace vivir en plenitud, el que siempre ha estado con nosotros, va más allá de la razón, es intuitivo y siempre sabe qué hacer, él no se equivoca.

El AMOR no se encuentra afuera, como nos lo han hecho creer, él ésta dentro de nosotros, es cuestión de reconocerlo y aceptarlo. Para empezar a vivir en él y disfrutar de su magia.

@Rodolfo_Carreno