Cada vez que nos topamos de frente con uno de
nuestros deberes como ciudadanos, se nos presenta está gran duda, que nos
paraliza, además pareciera que funcionara como una pastilla mágica que activa
los recuerdos más recónditos de nuestro ser, sale a colación nuestras
frustraciones y el resultado: una rabia contenida que debe ser drenada con todo
y contra todos.
“Así nunca vamos a salir de abajo”, “yo mejor
me quedo en casa”, “prefiero un malo conocido…”, “Para qué voy a ir”, “Que
vengan y me den plata”, “Ya la trampa está montada” y pare usted de contar,
todas las demás que de seguro en algún momento hemos dicho o escuchado.
Respetando cada punto de vista y aceptando
cada circunstancia, pienso que debemos corregir nuestra forma de actuar ante
esta situación. Y no podemos seguir permitiendo dejar acéfalo nuestros
espacios, que dicho sea de paso, son nuestros y de nadie más.
Entrar en un nuevo estado de conciencia,
dejar de pensar en lo individual y vernos como un todo, en colectivo. Salir de
esa corriente de pensamiento que establece el Yo por encima de Todo, arraigado
en el egoísmo y el egocentrismo.
Si me lo preguntan… YO SI VOTO, y votaré
todas las veces que sean necesarias. Así sea para elegir a la reinita de carnaval
de mi sector. No hay nada mejor que la satisfacción que se siente haber cumplido
con un deber de ciudadano.
Dejar el camino libre, para mí nunca será una
opción, independientemente del resultado final, yo siempre salgo victorioso,
porque luego de cumplir con mi deber ahora tengo todo el derecho de reclamar,
opinar y acentuar una posición.
Mi invitación siempre será a votar y
sobretodo en esta coyuntura tan atípica donde cada grano cuenta, donde cada
persona cuenta, sumando son más y seguimos marcando un precedente histórico,
pero por encima de todas las cosas quedamos limpios de conciencia.
¡Pana YO SI VOTO! ¿Y Tú?
@Rodolfo_Carreno
No hay comentarios:
Publicar un comentario